La brisa de mar era cálida. El calor brotaba de entre la
arena y hacía que mis pies ardieran. Puse mi reposera dentro del agua pero de
espalda a ella. No podía dejar de mirar a aquella niñita. Unos 50 centímetros,
piernas regordetas, cabello rizado color trigo y un bañador que hacía juego con
sus pequeños labios rosados. Hacía 36 minutos y 23 segundos aproximadamente que
se bañaba en el mismo charco junto con su barquito de papel número 8 confeccionado con una página del diario
de su padre. Lo que la pequeña niña no podía comprender era por que su barco se
deshacía en el agua.
Lo primero que pensé fue: es el destino.
La vida se trata de elegir. Aceptar o rechazar desafíos. Nos
dan opciones, tomamos una, tomamos varias o no tomamos ninguna. Elegimos que borde
hacer, que bolla virar, por que lado de la cancha correr, que hacer y que no
hacer. Elegimos salir al mar, elegimos virar, mover un pie y hasta elegimos reír.
Ahora bien, las elecciones las hace cada uno, a su gusto, a su estilo, de la
manera que mejor nos convenga o simplemente por que nos obligan. Aún obligados,
estamos eligiendo.
Fui hacia mi lugar. Tome un
papel e hice un barco un poco mas pequeño del que la niña tenía. Lo sostuve en
mi mano un rato mientras me proponía encontrar las fallas estructurales de mi
gran obra de arte. Era perfecto. Lo tome con cuidado y fui hasta el charco en
el que se encontraba. Con una mirada angelical me ofreció los restos de su
barco a cambio del mio. Acepte y me fui muy contento ¡ Que errada que fue mi
conclusión! ¡Estaba ahí frente a mis ojos! , el destino no tenía la culpa. La
real desintegración de nuestro barco era producto de una decisión, la decisión
de tomar coraje y salir a la mar. Porque a lo mejor el barco esta seguro en el
puerto, pero no fue construido para estar ahí.
Esta entrada es fruto de una conversación monótona y
aburrida con un AMIGO que me dijo: deberías ver una chica sin límites es una
linda película. Como de quien viene lo dicho fue la importancia que tomo la recomendación.
Les dejo abierto para que saquen sus propias conclusiones sobre el termino
amigo.
XOXO, Cap. Marina.
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