domingo, 29 de mayo de 2011

Amor no correspondido

Renuncié a fiestas. Me morí de frío. Deje por horas a mis amigas. Gasté hasta mi último centavo de crédito y pase miles de noches en vela por hablar con vos. Siempre lo disfrute. No era una molestia para mí, al contrario me complacía saber que nos divertíamos juntos. Pasaron los meses y nuestra amistad cada día se volvía más poderosa, más seductora. Pasábamos mañanas tardes y noches juntos. Compartíamos todos nuestros secretos, tu novia ya casi parecía mi gemela,  sabía absolutamente todo de ella.
Al poco tiempo, las mariposas salieron de su crisálida y me di cuenta lo que sentía. Lo que yo pensé que era una amistad, era Amor. Me obsesioné. Afortunadamente (o no) seguíamos siendo amigos por que vos como “el peor ciego” no lo quisiste ver. Cuando mi corazón venció duramente a mi conciencia, se delató frente a mi amor. Él me explicó que lo nuestro era un amor no correspondido y que la relación no iba a funcionar. Desahuciada, ahogué mis penas en lágrimas. Me culpé por no ser lo suficientemente buena como para corresponderte.
Días más tarde con cara de príncipe azul llegaste a la puerta de mi casa diciéndome que era una equivocación no estar con migo, pero que también quería estar con su novia. Mi fuerte enamoramiento había desencadenado un estado hormonal y psicológico  muy inmaduro y había dejado de estar en mi “centro” por vivir pendiente de vos y por vos, por lo tanto acepté aquella locura que más tarde de nada ayudaría. Cumplíamos tres meses cuando sorpresivamente nos encontramos con su novia. El mundo se me vino abajo. Después de tensos minutos de peleas le explicaste que ella era mas importante que yo en su vida y que la elegías por encima de mí. Me dijiste adiós, me saludaste con un beso en la mejilla y te fuiste con la cabeza gacha, pateando piedras, como el cobarde más cobarde de todos. Mi corazón quedo destrozado y mis ánimos en un precipicio infinito.




Años más tarde y después de cientos de sesiones con mi psicóloga pude concluir en que ya no te amo, pero  tampoco te guardo rencor. Es más te agradezco por lo que hiciste, gracias a vos,  soy la persona que soy ahora. Más segura, más inteligente y mucho menos inocente. Me enseñaste a que hay gente buena y gente que se disfraza de buena pero que es mala. Gracias por haber me mirado a los ojos y haberme dicho “te amo” cuando todo era un vil mentira. Aprendí gracias a vos a no enamorarme de las palabras sino de los hechos.  




ESTA ENTRADA ESTÁ DEDICADA A JAUNITA ESPECIALMENTE.

No hay comentarios:

Publicar un comentario